Sesión 1: nos estamos conociendo

¿Qué hicimos?

 

El lunes 22 de marzo tuvo lugar la primera sesión del proyecto “Juglando, historias interculturales” un proyecto intergeneracional que pretende tejer historias a través del intercambio de experiencias entre personas jóvenes y mayores con diferentes trayectorias de vida. 

Según la Rae, Juglar o juglaresa es aquella persona que en la Edad Media iba de unos lugares a otros y recitaba, cantaba, bailaba o hacía juegos ante el pueblo o ante los nobles y los reyes. También es una trovadora o poeta

En torno a esta mítica figura, desde Jóvenes y Desarrollo en consorcio con Misiones Salesianas y con la financiación de Obra Social la Caixa, hemos ideado junto con el artista y rapero Adolf Tawas, un proyecto que trata de crear sinergias entre personas jóvenes y personas mayores en torno a procesos creativos y artísticos.

La primera dinámica participativa consistió en la generación de preguntas y respuestas para crear un ambiente favorable donde las participantes desde sus riquezas culturales, vivenciales e ideológica, se contaron sus historias y anhelos. Dada la situación esta sesión tuvo lugar a través de zoom, para que de manera segura tanto las personas mayores como jóvenes pudieran disfrutar de la experiencia.

Ante la pandemia y, sobretodo, las restricciones sociales, todas y todos hemos tenido que adaptar nuestras vidas en cuestión de meses. Ante esto, las personas jóvenes y mayores se han llevado la peor parte. Por esta razón aparece “juglando”, para divertirnos, utilizando el intercambio y el juego como elemento transformador y terapéutico.

La conversación fluyó de manera natural entre los participantes que estaban emocionados ante la pequeña comunidad que se estaba formando a través de la pantalla. Adolphe Tawamba, persona dinamizadora de las sesiones, contó su historia de migración desde su Camerún natal hasta España y todas las experiencias que marcaron su camino y su vida. Algunas personas se sintieron identificadas y otras personas se quedaron sorprendidas de la sonrisa que Tawas sigue luciendo y todo el aprendizaje vital que este viaje supuso para Adolphe.

Esto no ha hecho más que empezar. Todas las participantes expresaron su agradecimiento y felicidad por estar participando de este proyecto y la capacidad transformadora de la palabra -oral o escrita- como forma de entrar a formar parte de otras personas, crear empatía y nuevas formas de comunidad.