Nos volvimos a encontrar, esta vez ya nos conocíamos en persona, y la emoción es cada vez mayor y todo va fluyendo y esto hace que parezca que nos conocemos de toda la vida.

En la primera parte de la sesión una vez saludados todos realizamos una actividad para despertar la creatividad construyendo una historia improvisada en la que cada persona tiene que seguir creando la historia a la que compañero anterior ha añadido una parte nueva. Así que después de esta loca aventura en la que amigos, golpes, vacas, amores, vegetarianos y  las fiestas de San Fermin se entrelazan, pasamos a trabajar en los grupos de teatro, música y cuenta cuentos.

Posteriormente, cada grupo avanzó con el desarrollo de su obra construyendo las narrativas de nuestras vidas en las diferentes artes, desarrollando los personajes que queremos ser, encontrando los elementos que nos representen y también repartiendo tareas de cara la próxima sesión dentro de 15 días.

Finalizamos la sesión escuchando nuestra canción. Parece que falta mucho tiempo pero la sensación es que no queda nada, hay ganas, hay dudas, pero sobre todo hay confianza en que algo bonito, bello y sincero va a salir. 

Juglando es el camino, ¡es nuestra Ítaca colectiva!